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CREMAS DE MANOS
Las manos son, juntamente con la cara, las zonas cutáneas más expuestas a las agresiones externas.
El lavado excesivo con detergentes alcalinos o el contacto prolongado con agua las despoja de su manto emulsionado, embebe la capa córnea y luego la deseca. Es importante recordar que la falta de lípidos cutáneos impide que el agua se mantenga y por eso al evaporarse se acentúa la desecación. Asimismo, el pH sube, favoreciéndose la sequedad, fisuras, inflamación e infecciones secundarias. Factores climáticos como el frío y el viento producen fenómenos semejantes, al igual que el exceso de lavados que requieren diversas profesiones (ama de casa, peluqueros, enfermeras, etc...).
Los cosméticos para manos son preparados que tienen por objeto mantener suave, blanca y flexible la piel que las recubre, corregir alteraciones producidas por su sequedad o intentar prevenirlas de ellas.
Es preciso deslindar el empleo de cremas destinadas a aumentar la belleza de las manos con el correctivo de alteraciones cutáneas, como la deshidratación, alcalinidad, descamación, rojeces, o pequeñas fisuras. También es importante reseñar el aspecto preventivo de las llamadas «cremas barrera».
El preparado para las manos debe adecuarse de modo que trate de subsanar todas las alteraciones cutáneas. Algunos son muy útiles contra la deshidratación, como aquéllos a base de glicerina, mucílagos y geles glicerinados. Otros como los lubricantes, remedian principalmente la falta de grasas. Se elegirá el preparado según el síntoma que se considere más evidente, o se alternará su uso (hidratantes durante el día, grasas a la noche), en casos específicos se formularán de modo que cubran todas las funciones. Los lípidos se combinan con la queratina dando lipoproteídos con propiedades físico-químicas, hidratación, ionización, permeabilidad diversa, favoreciendo la penetración por aumento de la presión osmótica. Además, los Jipidos fijados sobre la capa córnea forman una película semi-permeable que facilita la absorción de humedad ambiental, y la superficie cutánea adquiere flexibilidad y suavidad.
CREMAS HIDRATANTES
Cuando por la acción de cualquier agente agresor se destruye la fina capa superficial, llamada manto ácido, la piel sufre una erosión que en el mejor de los casos logra regenerarse por sí misma, aunque no siempre sucede así, y es por ello que hemos de aplicar una crema que facilite a la queratina de la capa córnea la suficiente hidratación para recuperar el grado de humedad que proporcionará la elasticidad y tersura necesarias para mantener unas manos cuidadas.
Las manos secas, ásperas, con surcos, grietas y arrugas son consecuencia de una falta de hidratación tanto a nivel dérmico como epidérmico, las células se lesionan y mueren provocando su descamación, que se aprecia a simple vista y da a la piel de las manos un aspecto áspero y blanquecino.
Las cremas hidratantes tienen un antiguo origen y su función es la de restituir el agua perdida y aplicar una sustancia hidrófila para retenerla.
Existen diversos preparados a base de sustancias que favorecen la hidratación de la capa córnea. Estos cosméticos hidratantes, mejoran el aspecto y suavizan la piel, teniendo así efecto emoliente. Se componen de glicerina diluida, lociones acuosas, ácidas, jugos de vegetales diversos, etc. Actúan por mecanismos variados, así, las lociones ácidas bajan el pH y favorecen la hidratación córnea. La glicerina sustancia muy efectiva y práctica en soluciones, en geles o emulsiones, difunde con facilidad aumentando la viscosidad de los líquidos fisiológicos y la turgescencia celular.
CREMAS LUBRICANTES
Las manos están secas no sólo por carencia de agua sino también por falta de lípidos que la retengan. Por lo tanto, es necesario que los cosméticos destinados a corregirla contengan grasas. Una de las vías que hemos visto es la hidratación, la otra es la lubricación, o sea restituir artificialmente las grasas perdidas. Aceites, pomadas y cremas diversas se han empleado a este fin.
Formas de presentación
—No grasos: Lociones, gelatinas y jaleas. Las más antiguas son las llamadas «glicerinas de tocador», son diluciones de glicerina en agua.
Los mucílagos, fluidos, cremosos o concentrados (jaleas), a base de gomas diversas, almidones, metilcelulosa, etc. son ampliamente utilizados.
El glicenolado de almidón es un buen suavizante, hidratante y acidificante de las manos, en forma de jalea homogénea y traslucida.
La metilcelulosa utilizada para cremas y lociones, no es fermentable, proporciona en agua caliente soluciones coloidales y es emulsionante.
—Grasos: Pomadas y aceites. Algunos son puramente grasos, mezclas de aceites o grasas minerales con otros de origen biológico, o estos últimos solamente, de acción lubricante y protectora. Puede usarse cualquiera de los diversos preparados existentes en el mercado. El alcanfor, muy utilizado, posee una acción antipnuriginosa, antiséptica, refrescante y estimulante que puede ser conveniente en las manos enrojecidas y resecas.
Los preparados grasos se usan de noche untando bien las manos y cubriéndolas después con guantes blancos de algodón.
El ministato de isopnopilo, es un agente emulsionante, emoliente y humectante que hace miscible los aceites minerales con los vegetales.
—Emulsiones: Leches y cremas. Como los preparados anteriores son demasiado grasos para su uso durante el día, se prefieren las emulsiones, cremosas o fluidas (leches), ricas en agua. Contienen aceites vegetales, lanolina, ceras, manteca de cacao, benjuí, glicerina, glicoles, etc.
Pueden ser de tipo agua en aceite cuando se desea un efecto lubricante principalmente, en la piel fisúrada y descamante se incorporarán grasas penetrantes o «nutritivas», ricas en ácidos grasos, esteroles, carotenoides, vitaminas, etc., que favorecen la acción emoliente y la cicatrización.
Las emulsiones tipo aceite en agua son menos engrasantes y más prácticas de usar. La mayoría de los cosméticos de este tipo son cremas de alto contenido en glicerina o sustancias semejantes, y en general con grasas emolientes.
Pueden usarse, asimismo, leches para manos con otros emulsionantes, no tensioactivos como las leches mucilaginosas, lubricantes y sin glicerina, que pueden presentar pH bajo (cremas ácidas).
CREMAS BARRERA
Son sustancias que se aplican sobre la piel antes del trabajo para reforzar las funciones protectoras de la capa córnea y de las secreciones sudoríparas y sebáceas emulsionadas.
Son utilizadas por amas de casa que cuidan sus manos, sustituyendo los guantes, o en ciertas profesiones con riesgo de dermatitis de contacto y precisando habilidad manual. Cuando los guantes de cualquier material dificultan la manipulación y sea precisa la protección, se sustituirán por las «cremas barrera» o «guantes invisibles».
Además de la protección, tienen la propiedad de facilitar la detergencia, el lavado no tiene que ser tan insistente, disminuyéndose una causa frecuente de dermatitis.
Para que sean eficaces se deben aplicar después de lavarse las manos, metódicamente y en toda su superficie. Se reaplicarán cada vez que se laven las manos.
Existen diversos tipos de cremas barrera, adaptándose a las necesidades personales: polvos irritantes, disolventes, sustancias acuosas y liposolubles, gases irritantes, radiaciones.
—Cremas evanescentes. Son cremas que frotadas contra la piel llena sus poros, impide la penetración del polvo y facilita su detergencia posterior. Aspira, más que a proteger, a facilitar la limpieza y es apropiada para la protección doméstica.
—Guantes invisibles.
Se llama así en sentido estricto a preparaciones que dejan una película delgada de resinas, ceras o complejos de silicona-estearina sobre la piel, impidiendo el contacto con el irritante. Pueden ser pomadas, emulsiones o soluciones. Unas dejan una película hidrosoluble, que se retira fácilmente con agua, otras forman una película hidroinsoluble que precisan solventes como el alcohol, éter, acetona para ser retiradas.
Modernamente y de reciente aparición en el mercado farmacéutico están las cremas en forma de espuma-aerosol que al aplicarla sobre la piel dejan una película hidrófoba adherida a la misma, y que por originarse la «película in situ», por no contener ningún emulgente, ni tener características de crema 0/W, permanece sobre la piel como un auténtico «guante invisible» sin desaparecer, aunque las manos se pongan en contacto con el agua o con detergentes. Por otra parte permite a la dermis respirar y transpirar normalmente preveniendo al mismo tiempo de la penetración de productos agresivos, dermotóxicos o alérgicos. Estas espumas son efectivas durante un tiempo aproximado de cuatro horas, después del cual desaparecen espontáneamente por la acción del sudor.
En el campo de la dermatología están siendo utilizados en aquellos casos de sequedad extrema de las manos así como secuestrante de la acción de algunos alérgenos productores de dermatitis de contacto.
—Pomadas y grasas. Se emplean grasas como la lanolina, que cubre la piel y ocupa los orificios pilosebáceos. Protege durante cierto tiempo contra el agua y los irritantes. Por competencia impide la acción de los aceites minerales y grasas diversas porque ocupa ya los orificios naturales.
—Pomadas neutralizadoras. Contra los ácidos pueden contener jabón o hidróxido de magnesio, contra los álcalis ácido bórico, cítrico o grasas.
—Pastas. Los polvos inertes al adherirse a la piel forman una barrera mecánica contra irritantes físicos y químicos, como partículas de vidrio, virutas de acero, sensibilizantes, etc... Generalmente se emplea el óxido de cinc, de titanio, de hierro, etc.
—Siliconas. Son combinaciones orgánicas del silicio, polisiloxanos, cuya peculiar estructura les confiere caracteres orgánicos e inorgánicos, por eso se los ha llamado «semiorgánicos». Químicamente inertes, resisten muy bien la oxidación, los álcalis y los ácidos; poseen propiedades adherentes y son muy repelentes del agua. Existen diferentes siliconas de variada consistencia y viscosidad con aspecto y elasticidad semejante a las resinas.
En el campo de la dermatología y la cosmética han sido incorporadas estas sustancias a cremas protectoras por su capacidad hidrofóbica y protectora contra ciertos alárgenos productores de dermatitis de contacto. Permanecen sobre la piel varias horas, resistiendo a los lavados jabonosos.
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